Cuando una persona quiere involucrarse en el mundo de los negocios, en ocasiones, puede pensar que no tendrá éxito, debido a que puede tener mucha competencia. Es normal tener este pensar y, además de tener un millón de otras preocupaciones, debes prestar mucha atención a ésta en particular. Comienzo por mencionar que la competencia es necesaria. Al momento de darle vida a la idea de negocio, debes evaluar muy de cerca la competencia que habrá a tu alrededor. Esto te ayudará a crear lo que será tu ventaja competitiva. Es decir, descubrir lo que te hará diferente del servicio y/o producto que ofrecerás y, sobre todo, el por qué te elegirán a ti en vez de a la competencia. Luego de tenerla lista, podrás emprender y competir sanamente para llevar tu negocio a otro nivel.

El negocio en marcha

En tiempos en que una empresa se encuentra estancada, la competencia ayuda a innovar, evolucionar y a que surjan nuevas ideas. Siempre es bueno estar pendiente de lo nuevo que está haciendo la competencia para saber de qué manera puedes poner en marcha mejores servicios y/o productos para el cliente. Pero cuidado, no es crear una competencia dañina y con malas intenciones. A menudo, vemos que el conocido word of mouth es mal intencionado. Hay comerciantes que comparten historias falsas de su competencia para atraer clientes, y hasta crean cuentas falsas en las redes sociales para postear comentarios negativos y dañar su imagen. Debes saber que esto no habla mal de tu competencia, si no de ti como comerciante, ya que el cliente no confiará en ti. La mejor manera de demostrar la calidad de tus servicios y/o productos es trabajando sacrificadamente y logrando grandes resultados sin dañar la imagen de otros.

La competencia sana ayuda a:

1. Promover el pensamiento creativo.
2. Crear ideas nuevas.
3. Trabajar en equipo junto a los empleados.
4. Mantener las fortalezas y atender las debilidades del negocio.
5. Moverte e innovar el servicio y/o producto.
6. Detiene la complacencia.