El antienvejecimiento ha sido siempre un tema controversial y preocupante para la humanidad. Desde la antigüedad, el hombre ha pensado en cómo detener el proceso de envejecer. La inmortalidad es un tema que se refleja desde tiempos remotos. El envejecimiento es un proceso que ocurre de manera fisiológica en nuestra especie. Las células están determinadas para vivir un tiempo programado genéticamente.

Hasta la fecha se ha trabajado para mejorar la vida de nuestra especie y no se ha podido caminar mucho más, por los problemas éticos que trae consigo. A principios del siglo XXI, se determinó que una enzima llamada telomerasa evitaba que los brazos largos de los cromosomas se acortaran, y por ende, la célula no perdía funciones y no moría o envejecía. Algunos cánceres tienen este mismo principio, o sea, una alta actividad de la telomerasa hace que la célula cancerígena sea inmortal.

Muchos procesos ocurren muy puntuales y están regulados por el sistema endocrino (mediación hormonal), que controla las funciones genéticas, de síntesis proteicas y enzimáticas. Con la declinación hormonal propia del envejecimiento, el proceso se acelera y afecta a cada una de las células del organismo. La población mundial con el desarrollo de la medicina y mejoramiento de la calidad de vida, tiende a envejecer y la búsqueda de asistencia médica es cada vez mayor. Las personas quieren llegar a edades avanzadas con salud mental, cardiovascular, un peso adecuado, salud ósea apropiada, entre otras.

Reemplazo Hormonal
Las ciencias médicas se han volcado en hallar soluciones y el reemplazo hormonal data de mediados del siglo XX. Primero se emplearon hormonas obtenidas de fuentes animales (porcinas, equinas, bovinas), luego hormonas sintéticas con efectos secundarios que pesaban más que los beneficios. Son tratamientos que hoy por hoy quedan relegados a un segundo plano. Tanto es así que se había considerado la menopausia y la andropausia como procesos fisiológicos, por la carencia de tratamientos efectivos e inocuos. El advenimiento de las terapias con hormonas bioidénticas ha revolucionado el concepto y se ha demostrado que funciones del sistema nervioso central mejoran muchísimo.

Hormonas Bioidénticas
Un adecuado balance hormonal garantiza buena memoria, alta concentración, mayor resistencia al estrés, a la depresión, mejor sueño y líbido, funciones del aparato cardiovascular, más tolerancia al ejercicio físico con niveles más elevado de colesterol bueno, peso adecuado, mejor control lipídico y mejor salud vascular. Todos estos beneficios sin prácticamente ningún efecto adverso, es lo que tienen las hormonas bioidénticas, en primer lugar como terapia de reemplazo hormonal.

En la actualidad, las personas comienzan a envejecer más tempranamente. Todo parece indicar que es debido a la automatización de la vida: más sedentarismo y más obesidad por el incremento de la comida chatarra. La medicina antienvejecimiento aboga por comer saludable con el incremento en la ingesta de vegetales, frutas, proteínas blancas, abundante agua y ejercicios físicos. Aboga además por un equilibrio entre los procesos anabólicos y catabólicos en el organismo, con adecuados niveles de antioxidantes (vitaminas y oligoelementos), un peso y salud cardiovascular adecuados, así como una salud satisfactoria del sistema nervioso central, piel y del sistema óseo.