No cabe duda de que comer en casa es mejor. Pero, ¿qué pasa con la falta de tiempo, estilo de vida actual, los horarios laborales, las tareas de los niños, entre otros factores? Estas razones hacen que se haga complicado tomar un tiempo para cocinar en casa y preferir comprar comida rápida. La escasez de tiempo ha empujado a la población hacia la comida rápida, aun sabiendo que no es del todo saludable. Por eso, comparto contigo la importancia de no perder la comida casera, ya que existen muchas recetas fáciles, ricas y saludables que puedes preparar desde la comodidad de tu hogar.

¿Por qué cocinar en casa?

Ahorras dinero. Este aspecto es uno de los que más consideramos a la hora de elegir si comer en casa o comprar comida. Ahora bien, no significa que de vez en cuando no salgas y gastes en algún restaurante. A lo que me refiero es que, cuando comes en casa, beneficias tu organismo y evitas gastos en médicos o medicamentos, porque estás más consciente de lo que cocinas y consumes, cuidando más tu salud.

Controlas las porciones. En casa, tenemos el pleno control de las porciones que servimos, a diferencia de cuando comemos fuera. La mayoría de los restaurantes presentan porciones grandes a las que realmente debemos consumir. Es decir, comemos todo lo que nos sirven aunque ya estemos llenos. Por otra parte, adicional al plato principal, solemos comer más porque al lado está el pan, la sopa o el aperitivo que a veces es irresistible dejarlos pasar.

Calidad en comida. Las cadenas de restaurantes, como los fast foods, compran al por mayor sus ingredientes, como las carnes, los vegetales y otros alimentos. Cocinar en casa nos permite elegir productos locales, frescos, naturales y de mejor calidad, asegurándonos además de estar consumiendo alimentos hechos al momento, a diferencia de comer fuera que no sabemos si la comida es del día anterior o si utilizaron aceites e ingredientes viejos. Podemos también identificar las fechas de expiración, los ingredientes y los químicos dañinos que muchas veces contienen.

Evitas tentaciones. Particularmente, evitas consumir lo que para muchos no puede faltar, el postre. La mayoría de las veces, ya estamos llenos, pero la gran variedad de postres que ofrecen nos tienta y terminamos consumiéndolos. En casa, es difícil que esto suceda, ya que planificamos las comidas y no suele haber en la nevera variedad de postres para escoger.