No muchos pueden entender lo que es ser madre, inclusive ni nosotras mismas como mujeres. En el momento que nos llega esa persona desconocida a nuestra vida, que vemos indefensa, se nos presentan una serie de emociones, un amor indescriptible que sobre pasa cualquier sentimiento que jamás hayas podido sentir. Es ahí donde tomas la conciencia de que ese ser depende de ti, de tu fortaleza, valentía, capacidad de comprensión, supervivencia y poder, es decir, nos volvemos Wonder Woman.

Nos vemos envueltas en un día a día llenas de actividades, donde damos prioridad a todo lo que gire en torno a nuestros hijos. Por ejemplo, levantarse temprano, hacer desayunos, llevarlos al colegio, ir a nuestro trabajo, llegar a casa, cenar, ayudar a nuestros hijos en las tareas, entre otras cosas. En ocasiones, para nosotras el día aún no termina en el momento que los acostamos, sino que comienzan ese sin fin de actividades que nadie ve y que no muchos valoran. Somos gerentes de la vida, nuestro nivel de organización supera el de cualquier ejecutivo de una multinacional, sencillamente somos líderes.

Cuida también de ti

De la misma manera que cuidamos a nuestros hijos, debemos cuidarnos a nosotras. Ser un ejemplo a seguir, ser las protagonistas de nuestras vidas. No te permitas dejar de soñar, tener logros y metas. No sientas frustración por la rutina de ese día a día que te puede agobiar, no pierdas tiempo en quejas ni malas emociones que solo harán que vivas en un ambiente negativo. Da gracias a Dios por lo que tienes y ocupa ese tiempo en crear en ti.

Si tú estás bien, todos los que están a tu alrededor estarán mejor aún. Recuerda que eres la guía, equilibrio e impulso de todos, por lo tanto, debes ser tu mejor amiga. Se tú la que se motive, valore, valide y tome acciones para ser siempre una mamá en forma. Tú reflejas tus emociones, logros, metas, sin necesidad de emitir palabras, por tanto, debes estar alerta desde tu vestimenta hasta de tus actividades, de tus acciones que siempre sumen y no resten, para así ser siempre ese ejemplo de superación, trabajo, humildad, nobleza que siempre quieres reflejar para tus hijos.

Busca ese cambio que necesitas. Luego de leer este artículo, solo toma la decisión, y no lo pienses mucho. Realiza las acciones necesarias para lograrlo. La fuerza de voluntad será tu motor, la disciplina tu mejor aliada y sé para ti como esa madre que eres para tus hijos. Créate hábitos de la misma manera que lo haces con ellos, te puedo asegurar que no fallarás jamás en el logró de tus sueños.

No busques estereotipos se tú. No busques admiración ni aprobación. Sé tú la protagonista de tu propia vida.